La pandemia de la COVID-19 ha afectado a la evolución de todos los indicadores sanitarios.
Las muertes mundiales derivadas del colapso que ha causado la COVID-19 en los sistemas socio sanitarios, son un 32% más elevadas que las provocadas directamente por la enfermedad, que hasta octubre 2022 se estimaban en 6,4 millones.
Las tasas de vacunación infantil han disminuido por primera vez en 10 años y, por primera vez desde 2005, han aumentado las muertes por tuberculosis.
Estos efectos tienen más relevancia en las poblaciones más vulnerables, que son aquellas que tienen los mayores problemas de salud.
La respuesta dada a nivel global, primando soluciones locales ante un problema global, se ha mostrado ineficaz para disminuir estas inequidades, ya sea internamente dentro de cada país, ya sea entre los diferentes países del mundo.
recomendaciones
Es imperativo una reflexión profunda sobre las causas que han provocado los efectos indeseables y evitables de la pandemia de la COVID-19, incorporando al análisis la influencia de unos modelos económicos, sociales, políticos y sanitarios que no están preparados para afrontar de manera eficaz los desafíos que están afectando a la salud global, ya sea la pandemia, el cambio climático o la resistencia antimicrobiana.