España regresa al Fondo Mundial de lucha contra el VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria

2019

El anuncio de Pedro Sánchez Pérez-Castejón, Presidente en funciones, en la Asamblea General de NNUU sobre la vuelta de España al Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, con 100 millones de euros para los próximos tres años, da cumplimiento al consenso y empuje de todos los grupos parlamentarios, que en 2016 aprobaron por unanimidad una proposición no de ley (PNL) en la que se pedía al Gobierno la vuelta al Fondo Mundial con la mencionada cifra de 100 millones.

Este anuncio se produjo a pocas semanas de la Conferencia de Donantes, en la que el Fondo Mundial se marcó como objetivo recaudar, y lo logró, un mínimo de 14.000 millones de dólares para el período 2020-2022. España regresa a un fondo del que es considerado socio histórico, ya que entre 2003 y 2010 invirtió 724 millones de dólares, situándose entonces entre los diez donantes principales. Nos felicitamos por ello.

Dicho esto, la escasa implicación humana y financiera de la Cooperación Española en los foros multilaterales a lo largo de estos últimos años hubieran requerido una reflexión profunda sobre cuáles son los principales desafíos a los que nos enfrentamos, si podemos resolverlos desde el viejo multilateralismo o, por el contrario, debemos recurrir a un nuevo multilateralismo, más incluyente, eficaz y democrático, que debería contar más con las aportaciones de la sociedad civil.

Apoyamos que este retorno se inicie con una aportación a un fondo global que tiene por objetivo mejorar la salud de las personas, pero pensamos que debería darse prioridad a las agencias, fondos y programas del sistema de NNUU. Eso sí, previo análisis del organismo respaldado, para asegurar la coherencia de la Cooperación Española y sobre si contribuimos con ello al fortalecimiento de los sistemas públicos de los países en desarrollo.

Hoy en día el mundo se enfrenta a múltiples retos en salud, que van desde brotes de enfermedades prevenibles por vacunación, como el sarampión y la difteria, el aumento de los reportes de patógenos resistentes a los medicamentos o los efectos en la salud de la contaminación ambiental y el cambio climático y las múltiples crisis humanitarias.

Para hacer frente a éstas y otras amenazas la OMS necesita también recursos que le permitan asegurar sus objetivos, que pasan por que 1.000 millones más de personas se beneficien del acceso a la CSU, que 1.000 millones más de personas estén protegidas frente a emergencias de salud y que 1.000 millones más disfruten de mejor salud y bienestar.

La vuelta de España al Fondo Global es una buena noticia, que debería tener continuidad con una mayor presencia de la Cooperación Española en las instituciones que tienen responsabilidad en la gobernabilidad de la salud, como es el caso de la OMS.